Paco Colmenares
Flow es una película que invita a reflexionar profundamente sobre nuestra relación con los animales y el impacto que nuestras acciones tienen en ellos, tanto directa como indirectamente. A lo largo de su narrativa, la cinta logra transmitir un mensaje poderoso sobre la importancia de respetar y entender a los seres con quienes compartimos el planeta, al tiempo que incluso desafía las estructuras sociales y económicas que perpetúan la explotación animal.
Cómo se ven los animales
La película destaca por retratar las experiencias de los animales, mostrándolos no solo como “mascotas” o “seres utilitarios”, sino como individuos con emociones, necesidades y derechos propios. Sí, lo puedes adivinar, no sólo es una película sobre animales, sino sobre la humanidad, la supervivencia, la convivencia y el trabajo en equipo, en donde verás muchas cualidades humanas, pero sin humanizarlos absurdamente.
En ojos de nuestros expertos en comportamiento animal, la gran mayoría de los comportamientos son muy posibles y apegados a la naturaleza de los mismos, claro, con una motivación de cooperación que es inusual de ver en la naturaleza, pero que sí, a veces sucede en condiciones críticas.

No deja de ser una cinta con un hilo narrativo y la necesidad de emociones grandes, por lo que hay elementos increíbles, imposibles y fantásticos, pero creemos que están tan bien colocados, que no se sienten lejanos, ni rompen la inmersión en la historia.
La dirección y fotografía de la película también juegan un papel clave al capturar la conexión entre humanos y animales. Escenas visualmente impactantes refuerzan el mensaje de que nuestras acciones pueden ser un flujo positivo hacia el bien o uno destructivo hacia el sufrimiento.
¿Deberías verla?
Claro, a estas alturas te parecería muy obvio que la recomendamos ampliamente, pero hay que estar listos para soportar la tensión del “ya casi no la cuenta”, y sufrir un poquito algunos reveses del destino, lo que para algunos, cuando se interpreta con animales, puede ser mucho más tensionante, o mucho más triste de lo normal.
Eso sí, si decides ver Flow, haz todo lo posible por verla en cine. Las imágenes, la animación, todo está hecho para verse en grande, para meterte a fondo a la pantalla y dejarte maravillar por la sensación de estar soñando.
Ve el trailer, aquí.