Isabel Martínez
No todo lo que aparece en tus redes es confiable. Aunque entendemos que el entusiasmo de muchos creadores de contenido nace de un lugar noble y la pasión por nuestros perros y gatos, pero muchos “consejos expertos” se mantienen de boca en boca, logrando crear mitos modernos, sin fundamento científico o por unas cuántas anécdotas.
Es mejor la alimentación “natural”
Toda forma de alimentación, cuando es bien hecha dentro del margen óptimo de tus posibilidades, es algo valioso para los perros. Sin embargo, se ha utilizado mucho últimamente asociar el término “natural” para suponer que los ingredientes crudos, o cocidos en tu casa, son los mejores para la salud, ignorando que la procedencia de los ingredientes, el agua con que se riega, cómo se transportan, o si cumplieron la cadena fría necesaria, son cosas que escapan de nuestro control.
La medicina y la nutrición modernas tienen procesos para hacer más práctica, cómoda y larga la vida de nuestros animales. Claro, antes los perros comían cosas del campo y trozos crudos de carne y vísceras… pero su promedio de vida era de entre 3 y 7 años.
Los veterinarios sólo quieren tu dinero
Sabemos que a veces los gastos médicos son difíciles de cubrir, sobre todo cuando no tenemos un fondo financiero para emergencias, y eso nos hace pasar por dudas y preocupaciones. Es en esos momentos en donde nacen las teorías absurdas de que los veterinarios quieren “mantener enfermos a los pacientes o tardar en su tratamiento, para que sigan viniendo a gastar”.
Y es absurdo porque nada hace más fiel a un cliente, que una solución rápida y efectiva, en lugar de tratamientos largos. Por ética, corazón, ganas y hasta conveniencia, un médico veterinario quiere resolver pronto y con éxito el problema de salud de tu perro o gato, pues sabe que, si no lo diagnostica bien, ajusta el tratamiento o resuelve pronto, además de arriesgar la vida de tu animal, tú buscarás otra opinión.
Comprarles cosas modernas, es “humanizarlos”
Quizá el más común últimamente, y más malentendido, es el mito de que comprarles cosas “para humanos” les hacen daño, o peor aún dicen que “también es maltrato”.
La humanización dañina, que en realidad se dice antropomorfización, es aquella en donde proyectamos, provocamos y esperamos comportamientos humanos de nuestros perros, y no necesariamente lo que les pasa al comprarles cosas. Es decir, puedes comprarle un suéter y ponérselo cuando hace frío, pero sería problemático si no estás al pendiente y esperas que cuando haga calor, él solito se lo quite ¿no?
Lo dañino es hacer que caminen sobre sus dos patas traseras, que se diviertan viendo una pantalla, que vayan sentaditos en el auto sin correa, que o coman cosas que para ti obviamente se ven en mal estado, o creer ideas como “necesitan conocer el amor de madre”. El suéter, el disfraz momentáneo o la carriola para perros pequeños en lugares concurridos, son lo de menos.
Aprende más de la humanización.