El pasado sábado 2 de agosto, en el marco del Amores de Garra Fest 2025—organizado por MVS Radio y la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM—, se llevó a cabo uno de los talleres más singulares y memorables del fin de semana: “Veterinario Forense por un día”, diseñado y presentado por la Dra. Claudia Edwards, Secretaria de la Asociación Mexicana de Veterinaria Forense, con la colaboración activa de Best Friends y Best Vets en su planeación, contenido y montaje.
El evento tuvo lugar en el Centro de Exposiciones y Congresos de Ciudad Universitaria, y superó toda expectativa, reuniendo a más de 80 personas interesadas en conocer el papel de la ciencia veterinaria en la defensa legal de los animales.
El taller comenzó con una charla introductoria que abrió los ojos a muchas y muchos asistentes sobre una realidad poco conocida: la existencia de una especialidad veterinaria dedicada a la investigación de casos de maltrato, crueldad y negligencia animal. Se abordaron conceptos clave como la cadena de custodia, la importancia de la evidencia y la necesidad de contar con profesionales capacitados que puedan traducir el sufrimiento animal en pruebas contundentes ante un juez.
La teoría se volvió práctica
Gracias al trabajo conjunto entre la Dra. Edwards, Best Friends y Best Vets, se montaron al exterior del recinto diez escenas del crimen simuladas, inspiradas en casos reales, con evidencias cuidadosamente colocadas para ser analizadas. La mitad del público —dividido en grupos— asumió los roles de primeros respondientes, investigadores criminalistas y veterinarios forenses. Su misión: recolectar pruebas, observar el entorno y formular hipótesis para esclarecer qué tipo de maltrato se había cometido.
Los casos iban desde situaciones evidentes hasta uno en apariencia inexistente. Pero justo ahí radicó la enseñanza más poderosa: incluso la ausencia de señales visibles puede ser una pista significativa cuando se sabe mirar con atención científica y empatía.
Desde Best Friends y Best Vets, celebramos la oportunidad de haber co-creado esta experiencia que logra acercar la ciencia a la gente, despertar vocaciones, fortalecer el compromiso social y, sobre todo, recordar que defender a los animales también es una labor de inteligencia, evidencia y rigor.
Eventos como este nos inspiran a seguir promoviendo espacios donde aprender también sea actuar. Porque cada perro y cada gato merece vivir con dignidad —y cuando no es así, deben existir voces capacitadas para defenderlos.
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