Paco Colmenares
Desde hace décadas, el recinto conocido como La Feria del Caballo, en Texcoco, se ha incrustado en el imaginario colectivo de los mexicanos, y especialmente de los metropolitanos, por su vinculación con tradiciones que hoy son duramente cuestionadas, debido a la delgada línea sobre la que caminan, bordeando el maltrato animal.
Por ello es tan emocionante y significativo que cambiemos la configuración por completo, y se alterne con algo tan importante y útil como una feria que celebra las adopciones, la conciencia y el vínculo afectivo entre animales y humanos.
Este viernes 18 de julio, en punto de las 2 de la tarde, se inauguró la segunda edición de Texcocan, una feria que pone en el centro a los perros rescatados y a la conciencia sobre la tenencia responsable. Aunque apenas es su segundo año, el evento ya muestra una clara evolución: mejor organización, más participantes y, sobre todo, un espíritu genuino que se siente desde el primer momento.
Esperanza y segundas oportunidades
La feria se lleva a cabo en Texcoco, uno de los municipios más representativos del Estado de México, entidad que lamentablemente encabeza la lista nacional de perros en situación de calle. Por eso, ver a esta comunidad movilizarse en favor de la adopción y el rescate es, sin duda, significativo y esperanzador.
Durante la inauguración, la emoción de los organizadores se sintió en cada palabra de su discurso. Su compromiso con los animales rescatados se refleja también en la presencia de múltiples organizaciones, albergues y rescatistas independientes, que trajeron decenas de perros listos para encontrar un nuevo hogar.
Pero Texcocan es también una feria familiar: hay juegos mecánicos, espectáculos, comediantes, música en vivo y una amplia zona de comida. Es un espacio para disfrutar, convivir y, al mismo tiempo, sumar a una causa urgente.
El evento continúa sábado 19 y domingo 20 de julio. Si quieres apoyar estas iniciativas, asistir y compartirlas es una forma poderosa de hacerlo. Porque cada vez que un perro es adoptado, toda una historia cambia para siempre.
